2002-03-01
North Beach
En cualquier caso, y como aquí parecen abundar los amantes de los libros, el cine y las altas formas de la cultura hoy les hablaré de City Lights, no la revista ni la película, sino la librería donde se reunía la pandilluca de hipsters que hoy recordamos como la Generación Beat. La tienda es una maravilla, con una selección de títulos que delata las tendencias rivegauchistas de la propiedad, como demuestra la presencia de una pila de ejemplares de The Carpenter´s Pencil by Manolo Rivas. Hay mucho orden y los techos son tan altos que no es difícil imaginar las quejas de Burroughs tras acabar una lectura de poemas.
-¿Ha quedado bien? No sé... es que cuando los recito en la ducha quedan mucho mejor. Más redondo. El aullido es aullido y el silencio silencio.
Sobre el rótulo de la librería, a un par de metros por encima de los turistas que aparecen en la foto, un cartelón escrito a mano rezaba algo así como Being against war is not being antiamerican. Osea, que salvo matiz de nuestros lectores bilingües, estar contra la guerra no es ser antiamericano. Si viajan a este país recuerden que es muy grande, y que no van a encontrar comentarios así en ninguna de las librerías de Waco (Texas) y lugares similares. No siquiera en los aeropuertos.
Cruzando una callejuela aparece el café Vesubio, donde los beatnicks acudían a refrescar el gañote tras una velada de poesía mientras hablaban de mujeres taciturnas, alucinaciones y jazz, porque un movimiento no es cultural si no puede invocar su particular trinidad vital. Mirando a través del ventanal compruebo que todavía no han puesto una tele, y descubro a un hombre corpulento que lee de un libro que sostiene entre las rodillas y el canto de la mesa. De vez en cuando levanta los ojos, mira a través de mi y se lleva una copa de vino a los labios. Desde fuera el libro parece enorme y podría confundirse con la biblia, aunque no creo. ¿Serán los cuentos completos de Nabokov? ¿Le pasará a este pobre infeliz lo mismo que a mi? ¿Cuántas copas le harán falta para poder disfrutar de esos maravillosos cuentos para beodos?
Como esta es una entrada para los amantes de la literatura no me extenderé en la descripción del Sentinel Building, un edificio muy cuco situado a dos manzanas de allí. Cuentan que por la puerta entra y sale con cierta dificultad Francis Ford Coppola (para los más jóvenes, el padre de Sofía, la de Vírgenes Suicidas). La presencia de Coppola no es casual, pues las oficinas de Zoetrope se encuentran en el edificio y un amiguete que se dedica a las películas me ha contado que en el sótano hay una sala de proyección con doce butacas que se alquila, con proyeccionista, por unos 200 dólares la hora.
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posted by vendell 23:32
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Comentarios
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Me ha gustado lo de "lee de un libro", precisión sintáctica poco usada siquiera entre los que viven de escribir. |
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sólo una opinión: es mucho mejor O Lapis que cualquiera de las trangalladas pseudoliterarias de Kerouac o Burroughs, están tan bien vendidos como los CD de Operación Triunfo, pero non valen un can
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siento emitir juicios déspotas, es que no hay nada que me reviente más que la Generación Beat o un libro de Castaneda pero no me hagan ni caso |