2002-07-01
Príncipe en mausoleo
La inevitable continuación del post de ayer nos lleva de cabeza a otro príncipe (en el sentido maquiavélico) de nombre Manuel y apellido Fraga, alias el Viejo León de Villalba, alias Manoliño Zapatones, alias O Merendiñas, alias O Capón. Este singular personaje ocupa ahora el modesto trono de la Xunta de Galicia, culmen de una dilatada carrera política que atraviesa dictaduras, períodos transitorios y democracias. Entre embajadas, nucleares baños en Meyba, broncas a los subordinados y frenética actividad literaria (afirma haber escrito más de cien libros, aunque al parecer muchos son meras ponencias elaboradas por el manzanillo de turno) Fraga ha adquirido un estatus que roza lo mitológico. Si quieren profundizar en la naturaleza del personaje, les recomiendo este hilarante libro de Manuel Rivas o cualquiera de las impagables crónicas que este poeta de las verdades perdidas ha sembrado en diferentes medios.
El príncipe de hoy también acaba de construirse una nueva residencia-palacio valorada en 2000 millones de cucas de las de antaño. Pero ésto no merecería comentario y hasta podríamos considerarlo el chocolate del loro en comparación al monumental mausoleo que se está construyendo en otro lugar de la capital gallega. Como las pirámides ya no se estilan, el príncipe ha optado por disfrazarla de Cidade da Cultura de Galicia, un proyecto tan fastuso como hueco que albergará (sic) la Gran Biblioteca de Galicia, el Centro Superior Bibliográfico de Galicia, la Biblioteca Virtual de Galicia, el Museo de la Historia de Galicia, la Hemeroteca de Galicia, el Centro Audiovisual de Galicia, un auditorio (de Galicia, supongo), el "Bosque de Galicia" y la base informática "Camino de Santiago" como centro neurálgico de toda la información sobre Galicia que se sustentará en los más modernos sistemas de almacenamiento de la imagen, voz y datos. Además dicen que habrá un auditorio y palacio de la ópera (tercero y segundo respectivamente para esta pequeña capital de cien mil habitantes pelados).
La inversión prevista es de varias decenas de miles de millones de cucas, aunque ya saben que en este tipo de fregaos lo real supera a lo teórico en un factor que oscila entre 1,5 y 2. Lo triste es que este apoteósico potzlach no es el delirio de una sociedad sobrada de recursos, ni el fruto de las inversiones privadas, sino que lo pagamos los dos millones y medio de pardillos que seguimos esperando carreteras, hospitales, guarderías, políticas de empleo, centros para ancianos y tantas, tantas cosas que podríamos calificar de esenciales. Lo curioso es que a nadie más que a Fraga parece importarle la marcha de las obras. Sin duda los futuros gestores estarán espantados ante el embolado que supone dotar de contenidos las varias hectáreas de espacios disponibles.
Ahora que lo pienso, ¿habrá sitio entre tanto estante para los libros de Manolo Rivas?
¶
posted by vendell 23:36
URL de trackback de esta historia http://verbascum.blogalia.com//trackbacks/1811