2002-05-26
Una tarde cualquiera
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A eso de las seis un anciano que estiraba las piernas en una paradinha de la autopista vio pasar a una pareja en un coche pequeño. Fue sólo un instante, pero le pareció que ambos sonreían sin mirarse. A esa hora una hermosa luz de primavera se colaba entre las nubes oscuras y yo pensaba en el silencio. Generalmente cuando voy en coche con Marilyn no hablamos demasiado, quizá porque ella se duerme en cuanto se queda quieta y a mi la carretera me pone melancólico. Pero hoy, entre la (relativa) belleza del paisaje y la monstruosa resaca de lo que pasó ayer, el silencio era un absoluto. Hasta que ella, bajando el parasol del copiloto se arrancó un pelo y dijo: Mira, una cana. Parece nailon.
Sonreimos. Junto a la carretera un viejo estiraba los brazos con los dedos entrelazados y las palmas hacia fuera.
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posted by vendell 20:07
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